La verdadera historia de La Cenicienta.

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Un cuento chino.
¿A quién no le han leído (y releído) miles de cuentos en nuestra más 
tierna infancia?, para que te durmieras, para que te comieras las 
lentejas, para que dejaras de jugar  con cerillas… Recuerdo todas las 
versiones del cuento de Cenicienta (excepto la de Disney, de esa me 
libré), pero la que más me gustaba, no era la que venía en los libritos 
coloreados, sino la que me contaba mi abuela que recordaba haber 
escuchado en algún momento. Ahora sé que mi abuela conocía la versión de
 los hermanos Grimm (más sádica), pero ¿fué esa la primera?. No, tanto ellos como Perrault, con su versión ñoña, se basaron en un cuento chino.
Portada del cuento que me leía mi abuela
Los orígenes de este relato nos llevan a oriente, hay quien opina que
 su origen está en Egipto (¿tal vez por la costumbre de cubrirse la cara
 y el pelo con ceniza las mujeres jóvenes como motivo de duelo?), otros 
encuentran paralelismos en un cuento persa de las Mil y Una Noches, en 
el que en lugar de zapato, lo que lleva la joven en el pie es una 
pulsera de oro. Pero a mi me gusta más la versión china, donde 
encontramos más similitudes, y, no olvidemos que los pies pequeños han 
sido siempre un rasgo de belleza en la mujer oriental. Empecemos por el 
zapato. Los hermanos Grimm hablan de un zapato de oro mientras que 
Perrault fue el primero en nombrar al famoso zapato de cristal. En el 
cuento chino,  el zapato es de piel de visón,  o de seda bordada.
Zapatos de 10 cm, dinastía Táng
Un cuento escrito durante la dinastía china Táng (siglos VIII y X) 
nos habla de una bella jovencita llamada Yeh Shen, hermosa por tener 
unos pies diminutos, ya que es durante esta dinastía cuando comienza la 
tradición de los “pies de loto”, la belleza en una mujer se medía por el
 tamaño del pie, y un pie hermoso no podía medir más de diez 
centímetros, por lo que desde niñas, se vendaban los pies de las 
mujeres, rompiendo los dedos, para que se ajustasen al bello zapato.
Cómo queda un pie deformado por vendas
Durante la dinastía Táng un hombre podía casarse con varias mujeres, 
aquí la madrastra malvada es la segunda esposa del padre. La primera 
esposa muere, y es cuando aprovecha la segunda esposa para torturar a la
 pobre niña favoreciendo a sus hijas. Llega el día en el que en la aldea
 se celebra el baile en el que los jóvenes solteros eligen pareja, la 
madrastra, consciente de que Yeh Shen es mucho más bella que sus hijas, 
la encierra para que no vaya al baile. Ella tiene un pececito mágico, 
bueno, las raspas del pez, porque la madrastra sabiendo que el único 
amigo de la niña era un pez de colores que habla, lo cocina y se lo 
come. La niña guarda las espinas, que también son mágicas y con ellas 
convoca a los espíritus para que la ayuden. La transportan al baile 
completamente transformada. La magia dura poco y ella pierde un zapato. 
Todos admiran la belleza del zapato, que no mediría más de 10 cm, claro,
 la noticia llega a oídos del emperador que quiere casarse con la dueña 
del zapato y comienza una búsqueda para encontrar a la mujer cuyo pie 
entre en el zapatito. Buscando, buscando, llegan a la casa de Yeh Shen. 
La madrastra corta los dedos de una de sus hijas y venda fuertemente el 
pie para que quepa, la mentira dura poco, ya que camino de palacio el 
pie empieza a sangrar. Devuelven a la chica, y esta vez la madrastra 
corta el talón de su segunda hija. El resultado es el mismo. Al final 
Yeh Shen se pone el zapato que la queda como un guante, se casa con el 
emperador, y la madrastra y las hermanastras son condenadas a muerte, 
las tiran a un pozo y mueren apedreadas. Un final feliz.
La historia de los hermanos Grimm es muy parecida, con una madrastra que mutila los pies de sus hijas. Pero en lugar de pececito mágico, quien ayuda a la niña es un pájaro que se posa en el árbol que había crecido sobre la tumba de su madre, y allí lo descubre Cenicienta cuando va a llorar y a contarle sus penas a la madre muerta. El hada madrina y la calabaza son invenciones de Perrault. En la corte francesa se llevaban más los cuentos de hadas y los finales felices. En la versión alemana la madrastra y las hermanastras son condenadas a muerte, pero en la francesa las perdonan.
La nueva tortura china a la moda
Al cuento, como casi todos los cuentos infantiles, también puedes 
sacarle una connotación sexual, zapatos hermosos en pies hermosos que 
encajan a la perfección… dejo que vuestra imaginación vuele libremente, 
y, colorín, colorado, este cuento se ha acabado.Tejido por Angelika

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